“A mis 10 años empecé a no gustarme en el espejo”
Tiempo de altas, de cierres de ciclos y ahora se despide Gianna de su tratamiento de recuperación por trastornos de la conducta alimentaria.
Su terapeuta referente del proceso: la psicóloga Julieta Costamagna.
“No sé cómo empezar, quizás recordar cuando tenía 10 u 11 años y empecé a no gustarme en el espejo, ver que mis compañeras tenían otro cuerpo, burlas, ropa suelta, y ni hablar de la presión que sentía al bailar danza clásica y no encajar en el estereotipo de bailarina. Dejé de comer, bajé mucho de peso y lo único que recibía eran halagos. Claro, nadie notaba que ya no era feliz, que vivía de mal humor y cansada, que había entrado en un mundo en el cual no tenía límites, porque sí, nunca se está lo suficientemente flaca, la anorexia te consume todo. Estuve un tiempo bien, hasta que entré en el mundo que creí que era todo de color rosa: la bulimia. Después de un tiempo mi vida se tornó en mal humor, llanto, atracones, vómitos, depresión, pastillas, laxantes, tristeza, adicción a la comida y demás. Viví casi 10 años en el limbo, mutando de anorexia a bulimia, hasta que llegué a Psiclo. Muy enojada de hecho; obvio, no quería salir de lo que era mi refugio. Ante cualquier cosa acudía a la comida, no quería curarme porque para mí no estaba enferma.
“¡Nunca creí llegar hasta acá!
“Solo quiero decir que sí se puede, que pidan ayuda. ¡No podría haberlo hecho sola!
“Gracias a Psiclo que, además de excelentes profesionales, son hermosas personas y sobre todo Juli, mi psicóloga, ¡que me aguantó muchas! ¡Realmente me salvaron la vida y me devolvieron las ganas de vivir! ¡Entré siendo una persona y me voy siendo otra totalmente distinta, con proyectos, sueños y, sobre todo, feliz!”
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