Todo llega ¡y llegó el día del alta para Jose!

De su proceso de tratamiento por TCA y de su despedida, quedan sus palabras.
¡Felicitaciones @josequadri por tu “lograzo”!

Y llegó el día…

Aquel que hace 3 años atrás pensaba que iba a ser imposible, aquel que yo veía muy muy lejano, aquel que en los principios del tratamiento no deseaba porque solo quería seguir enferma, quería tener el control de todo y solo vivir sin comer. Hoy puedo decir que es aquel que finalmente llegó, el día del alta de tratamiento… un lograzo.

Un día, me encontraba en Psiclo, en un momento como este, en un acto de pases, tal como todos los años, sólo que ese fue especial. En ese encuentro, no me dieron ningún pase de módulo, pero algo se prendió dentro de mí cuando vi a las chicas irse de alta. Fue allí donde me entró el chip de que no quería seguir viviendo con esta desgracia para toda mi vida, siendo una presa más de esta patología, siendo una presa de la comida y mis inseguridades.

Fue allí donde me planteé «yo quiero ser una de ellas» y así comencé con el entusiasmo de querer irme de alta.

Tengo que admitir que me costó muchísimo. Tuve momentos en los que lloraba por tener que venir a Psiclo, días en los que no tenía ganas de asistir al grupo, pero al mismo tiempo tuve momentos donde comencé a amar venir a Psiclo, momentos de victorias y tropezones, como todo proceso, porque ninguno es lineal, pero un tropezón no significa caída, sólo hay que levantarse, sacudirse la ropa y seguir para adelante, aunque no sea tan fácil como suena y, sobre todo, porque nada es para siempre, aunque así lo creamos.

Luego de mucho esfuerzo propio, me dieron el pase a pre-alta, pero estuve estancada en el proceso y eso me detuvo bastante tiempo, pero aun así no quise darme por vencida, aunque lo haya querido en otros momentos, y tampoco bajé los brazos, como lo hice en otros. Cambié mi mentalidad y mis actos, y empecé a comprenderme más.

Hoy en día puedo decir que no soy la persona más segura del mundo, pero sí puedo decir que siempre me cuestiono esos pensamientos que me hacen sentir insegura y les busco la vuelta para ver la realidad, lo que realmente es o lo que sucedió, bajarlo a tierra y plantearme «¿Realmente es así?», viéndolo con un pensamiento racional, y eso también forma parte del proceso.

Hoy me voy de alta, hoy abrazo a mi niña interior de 11 años que era muy insegura de sí y que poco a poco empezó a desarrollar conductas patológicas. Hoy abrazo a mi niña de 13 años, que en vez que disfrutar su vida con amigas y familia, se la pasó pensando en restringir, hacer horas y horas de gimnasia, en «seguro sería más linda si fuera flaca», viviendo constantemente en puras comparaciones, evitando salidas sociales para no comer eso que según ella «estaba fuera de lugar» y, básicamente, siendo infeliz. Hoy abrazo a esa misma niña que se animó a hablar después de haberse guardado tantas desgracias y que hoy pudo encontrar la libertad, la misma que entró en tratamiento y creía a los 2 meses iba a estar afuera. Hoy, finalmente, puedo decirle «tranquila Jojo, ya no estés triste, ya somos libres», puedo decirle que nos amamos y que ya no vivimos con ese peso, puedo abrazarme y abrazar mi pasado e historia.

Ahora me toca seguir trabajando mis inseguridades, pero ya no desde el TCA, sino desde mi persona. Tengo varias cosas que sanar, pero ya la patología no es una de ellas; esa parte de mí ya está sanada y ahora es solo una experiencia. Ahora puedo decirle a la gente que está pasando por lo mismo que no se quede callada, que siempre busque ayuda, no estás sola y siempre van a estar los profesionales para apoyarte y ayudarte para tu bien mayor. Algo que me gustaría decirles a las chicas que siguen en este proceso de recuperación, es que sean sinceras desde el momento uno, que no finjan ser la mejor paciente o querer fingir estar bien solo para terminar con esto, o a lo mejor por miedo a ver qué dirán, si me «retarán», entre comillas, o me sacarán algo que me hace «bien», entre muuuchas comillas porque luego ese peso acumulado va a caer y va a ser peor. Los profesionales siempre van a hacer lo mejor para nosotras, aunque en el momento no lo veamos así, pero van a agradecer en un futuro. Hay que confiar.

Hablando de profesionales, quiero agradecer a los que estuvieron conmigo desde el inicio de Psiclo: a Soledad, que fue mi primera acompañante terapéutica; a Mariela, por ser mi primera psicóloga que me contuvo hasta casi el final de mi tratamiento; agradecerle a Agustina y Velu por ayudarme desde el punto de vista nutricional, que me guiaron para organizarme mejor con la comida y por enseñarme cosas que antes no conocía, más verdades que tapaba por la patología; a Virginia, por ser mi psiquiatra; a Tefy, por ser una excelente médica que aprecio mucho; a Vale, por ser la mejor secretaria de todas, por siempre recibirme con una sonrisa; a las chicas del grupo por ser mujeres sinceras, cariñosas, compañeras y buenas consejeras, siempre era un honor escucharlas; y gracias a Flor y a Juli que fueron las psicólogas que me acompañaron en mi última instancia de tratamiento, de las cuales me llevo miles y miles de aprendizajes. Gracias a todos por hacerme crecer como persona y ser una versión mejor de mí. También, gracias a mi familia por acompañarme desde y con lo que podían.

Pero también me gustaría agradecerme a mí, porque al fin y al cabo yo soy la que puso ovarios y la que hoy está acá parada al frente. El resto me podía decir qué hacer, aconsejarme o lo que sea, pero yo podía tomarlo o dejarlo, y aun así decidí no rendirme… y acá están los frutos.

Finalmente, me quedo con una frase que vi en una de las manualidades de hospital de día que dice: «Las flores demuestran lo importante que fue la tormenta», y hoy en día, puedo decir que es verídica.

Muchas gracias

Generamos cambios junto a l@s pacientes