Cuidado con las dietas rápidas
Desde el punto de vista psicológico, las dietas rápidas o exprés son riesgosas ya que, en muchos casos, son la puerta de entrada a un trastorno alimentario severo.
La privación de alimentos en cantidad y calidad, genera cambios anímicos, emocionales y cognitivos, tal como lo han demostrado diversos estudios científicos. Esos cambios son el resultado de alteraciones neurohormonales en el sistema nervioso central.
Su manifestación puede ser una mayor irritabilidad y alerta general, cambios en el humor, mayor susceptibilidad al entorno, depresión y aislamiento.
También se expresan con cambios en la percepción corporal: el o la paciente deja de percibir su cuerpo tal cual es, o como objetivamente está, para pasar a autopercibirse cada vez «más gord@», cuando en realidad, está cada vez más delgad@.
En determinadas estructuras de personalidad, estas dietas extremas y excesivas «activan» pensamientos altamente obsesivos y hacen que la persona quede «entrampada» en una situación de obsesión permanente con el cuerpo y la comida, de la cual ya no podrá salir y en la que no habrá posibilidad de elegir.
Por esto, es necesario detectar en el entorno familiar y social, si hay personas con conductas como las descriptas, para evitar que el desorden alimentario avance y se agrave.
El diagnóstico oportuno y correcto, y un tratamiento interdisciplinario especializado ayudan en la recuperación de l@s pacientes con anorexia y bulimia.