Paty Martínez: “Los órganos me hacen juicio porque no los escuché”
Nuestra ex paciente por obesidad, comparte el proceso de su tratamiento y cómo se reencontró con el teatro, a través de la obra El Veredicto, que escribió, dirige y actúa.
La obra de teatro El Veredicto nació en Psiclo, para la fiesta de fin de año de 2018. Me dijeron que se ponían a mi disposición y eso fue algo muy fuerte para mí, me elevó y me dio mucha confianza.
Volví hacia atrás para pensar qué fue lo que me llevó al tratamiento, volví a escuchar aquellos momentos en que el cuerpo me había estado mandando muchas señales de que me estaba enfermando. Recordé que el corazón, el páncreas, los riñones me enviaron señales y pensé personificarlos. Así empecé a escribir con la ayuda de mi hermana Rosa.
La obra consiste en que los órganos me hacen un juicio porque me fueron advirtiendo que estaban funcionando mal, hasta que mi cuerpo se estaba desarreglando totalmente, de allí el nombre El veredicto. Al mismo tiempo, tomé los relatos de otros compañeros de Psiclo sobre los caprichos, el enojo, el no aceptar que la persona está enferma, la resistencia a realizar el tratamiento, o que si lo comienza, luego lo abandona.
En mi caso, comencé el tratamiento porque tenía problemas en el hígado, estaba grave, se me manchaba la piel como si estuviera intoxicada.
En la época en que se realiza la campaña para evitar la diabetes, en la Maternidad Nacional donde trabajo, me hicieron la prueba de la glucosa y dio muy alta. Pesaba casi 140 kilos y una médica me explicó lo que me estaba pasando, me indicó medicación y que bajara de peso. Lo intenté sola y no bajaba nada.
Cambio de hábitos
Al año siguiente me propuso una cirugía bariátrica, pero en Daspu me explicaron que no se puede hacer esa intervención sin que haya un cambio de mentalidad, porque de lo contrario, no sirve. Me sugirieron dos instituciones y como Psiclo queda más cerca de mi casa, decidí ir allí.
Cuando llegué, me impactó que la gente de Psiclo me dijera “no te vamos a prohibir nada, pero vas a tener que ordenarte, aprender a comer y cuidar tus porciones”.
Sinceramente, iba porque estaba enferma y tenía que hacer caso, pero no estaba convencida ni entendía. Al año y medio de tratamiento, pude abrir mi aspecto emocional, acepté, me mostré e hice el clic.
Bajé 30 kilos y me falta reducir unos 20, que será de a poco. Mis valores han mejorado y casi no necesito medicación.
Como la obra creció y cada vez nos presentamos en más salas por distintos espacios de la provincia de Córdoba, y estoy actuando y recordando todo el tiempo esta historia, me ayuda y creo que también ayuda a otros.
Hay gente que me ha escrito diciéndome que necesitaban que les hablaran de esa forma, otras personas me mandaron fotos de cómo están, otros me dicen que no tienen obesidad, pero sí otros problemas para los que también les sirve.
También, muchísimos médicos que fueron a verla, me dicen: “mirá Paty, no es solamente una obra de teatro, es educativa, es científica, va más allá de lo que podés imaginarte”.